Paola Maria Chiesa, diputada del FdI que celebra a sus compañeros del pasado: "Un ejemplo brillante".

Se podría decir que es una gran pasión histórica. El problema es que es parcial: una conmemoración constante y descarada de camaradas del pasado. La líder del Comité de Defensa del partido Hermanos de Italia y directora de Defensa del partido, Paola Maria Chiesa , de 46 años y originaria de Pavía, ha hecho de la memoria el sello distintivo de sus comunicaciones en redes sociales. Celebra al ejército colonialista en África, la Navidad, el "ideal sagrado" (¿qué podría ser? A todas las figuras las une su servicio al fascismo), visita el búnker de Monte Soratte donde los nazis "resistieron incluso el bombardeo del 12 de mayo de 1944": una resistencia vista al revés, un "emocionante viaje por la Historia", con H mayúscula. Y luego, la celebración de Italo Balbo , uno de los líderes del fascismo temprano , con una foto recortada casualmente de una más grande adjunta: tenía a Adolf Hitler a su lado. No a cualquiera que pasara por allí, claro está.

El nostálgico panorama de Chiesa es extenso, y hay para todos los gustos en cuanto a memorias con camisas negras, quizás ocultas tras uniformes. Desde la Batalla de El Alamein, donde lucharon tropas fascistas italianas lideradas por el líder nazi Rommel, hasta el "holocausto supremo" —cita extraída de la condecoración por su medalla de oro— de un sargento de la fuerza aérea fallecido el 22 de julio de 1943; "ejemplo", "alto sentido del deber", "heroísmo puro", "¡presente!", "paracaidistas audaces", "juventud heroica", "honor y gloria": todo es un torrente de retórica y propaganda nacionalista, militarista e incluso —dado que el vocabulario es casi siempre el mismo— neofascista.

En el pasado, el senador del Partido Demócrata, Dario Parrini, había señalado el pequeño problema de celebrar a Balbo, un escuadrista de Ferrara que posteriormente se convirtió en ministro de Benito Mussolini , cuando uno es un exponente de las instituciones de una República antifascista. Respuesta: «Balbo es una medalla de oro, y las medallas de oro no merecen ser manchadas». Salvo que, como se mencionó, las medallas que le gustan a Chiesa son de la misma «matriz». Y si realmente hay alguien a quien recordar sin uniforme, aquí está, por ejemplo, Marilena Grill , auxiliar de los republicanos, quien fue honrada con un sello (fue asesinada por partisanos, víctima del clima de guerra civil de aquellos años, pero el intento de igualdad ideológica es evidente).

Quién sabe cómo lo verá Giorgia Meloni , quien habló con la revista Time y tuvo la precaución de preguntarle a su interlocutor si realmente parecía tan fascista. Quizás sin molestar al Primer Ministro, la pregunta podría habérsela planteado a la propia congresista, pero la solicitud de charla cayó en saco roto. Por WhatsApp, la congresista se presentó con una frase muy popular en el mundo posfascista: «No niegues, no restaures». Era Giorgio Almirante , y hablaba de la experiencia del fascismo, los veinte años de una dictadura brutal que terminó con un país destruido y cientos de miles de muertos.